Investigadores participantes |
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Universidad Juárez del Estado de Durango (UJED-CA-90 Fauna Silvestre) *Pereda Solís Martin Emilio *Martínez Guerrero José Hugo |
Rocky Mountain Bird Observatory * Panjabi- Arvind *Strasse- Erin |
Universidad Estatal de Sonora (CESUES-CA-34 Recursos Naturales)
*Macías Duarte Alberto |
Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL-CA-318 Ecología y Biodiversidad) *Guzmán Velazco Antonio *González Rojas José Antonio *Ruvalcaba Ortega Irene *Canales del Castillo Ricardo |
El Desierto Chihuahuense (DCH) es una ecorregión binacional que abarca cerca de 63 millones de ha, 75% de los cuales se encuentran en México, y ha sido identificada como una de las más importantes ecorregiones áridas en el mundo (Olson y Dinerstein 1998) y con una de las mayores biodiversidades terrestres en Norteamérica (Rickettset al. 1999). Desafortunadamente, la ecorregión se encuentra fuertemente degradada, debido al sobrepastoreo. Registros históricos de mediados del siglo XIX, reportan que sus pastizales nativos eran relativamente libres de arbustos, y se estima que hasta el 45% de la extensión actual del DCH fueron originalmente pastizales, lo que equivale a 21 millones de hectáreas en México. (Dinerstein et al. 2000). En la actualidad, los pastizales ocupan apenas el 15% de la ecorregión (Serie III, INEGI), aunque su extensión en las condiciones que requiere la fauna especializada, es probablemente cercana al 5% ( ̃2 millones de hectáreas; Macías-Duarte et al. 2011); indicando una pérdida de hasta el 90% de su extensión histórica en nuestro país. Otra amenaza de estos pastizales es la conversión agrícola. Las estimaciones de pérdida debido a esta causa han alcanzado hasta 75% en áreas de Nuevo León, Coahuila y San Luis Potosí (Estrada-Castillón 2010); mientras que en algunas áreas de Chihuahua, la expansión agrícola aumentó desde 1996 con la tecnificación de los cultivos en las comunidades menonitas (CONANP 2007) hasta llegar a pérdidas tan alarmantes como 70,000 ha en 5 años (2006-2011, Pool et al. 2014). Por su parte, la región de las Grandes Planicies de Norteamérica ha mostrado tendencias similares, alcanzado una pérdida del 70% de sus pastos nativos (Samson et al. 2004). Ambas ecorregiones se encuentran estrechamente relacionadas ya que el 88% de las aves de pastizal que anidan en las Grandes Planicies son migratorias y 90% de ellas invernan en el DCH (Panjabi et al. 2013). Como consecuencia, las aves asociadas a este ecosistema han sufrido los declives poblacionales más fuertes que cualquier otro grupo de aves de Norteamérica (Herkert 1995), de manera que el 75% de sus especies muestran tendencias negativas (Sauer et al. 2014). Dos de las especies más afectadas por esta tendencia son A. bairdii con un 2.93% de declive poblacional anual, y A. savannarum con 2.83% (1966-2013; Sauer et al. 2014). Al ser especialistas de este hábitat, no es suficiente que exista pastizal, sino que este debe estar en buenas condiciones, es decir con un pastoreo de ligero a moderado y sin invasión de arbustivas. Se han realizado numerosos estudios en el rango reproductivo de ambas especies (EU y Canadá), sin embargo, se ha propuesto que la supervivencia durante la época no- reproductiva es un factor determinante en la regulación de las poblaciones de aves (Calvert et al. 2009). Por lo que resulta vital llevar a cabo esfuerzos de monitoreo en sus áreas de distribución invernal, principalmente el Desierto Chihuahuense en México, especialmente estudios a largo plazo y cuantitativos, que nos permitan comprender la dinámica de estas poblaciones de aves en declive.
Estimar parámetros clave para la conservación de especies de aves especialistas de pastizal invernando en Áreas Prioritarias para la Conservación de Pastizales en el Desierto Chihuahuense a través de la estandarización y capacitación en métodos actualizados.
Dirección de Posgrado e Investigación