Las tortugas sanas exhiben respuestas fisiológicas a las distintas condiciones ambientales, lo cual les ha permitido sobrevivir durante más de 10,000 años (Truet y Phillips, 2009). Sin embargo, según el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (2007), las modificaciones climáticas actuales pueden impactar significativa y negativamente sobre la salud animal y provocar enfermedades que antes no se presentaban. Esto es especialmente cierto en el caso de las tortugas terrestres, las cuales autorregulan su temperatura corporal y por lo tanto son particularmente sensibles a la variación climática experimentando consecuencias fisiológicas negativas (Huey y Berriga, 2001). Esto puede estar generando padecimientos en las tortugas como respuesta al estrés experimentado, lo cual a su vez, disminuye la capacidad de su sistema inmune para hacer frente a microorganismos emergentes o que si antes se mantenían como flora inocua, ahora pueden estar provocando infecciones (Lubroth, 2012). La consecuencia más grave de estos padecimientos es la disminución de las poblaciones y el descenso en la capacidad reproductiva, lo cual para especies endémicas y/o en peligro de extinción sería catastrófico. A la fecha, únicamente en Estados Unidos ha existido la preocupación por generar información sobre la salud de las tres especies de tortugas del género Gopherus que habitan en ese país (agassizii, polyphemus y berlandieri). Esto incluye dos tipos de estudios: la documentación detallada de los valores hematológicos (biometría y química sanguínea) de cada especie para analizar el funcionamiento de los órganos, diagnosticar infecciones bacterianas, virales, alergias, etc., y por otra parte la identificación de la flora bacteriana de las distintas partes de su cuerpo para generar la línea base microbiológica de cada especie de tortuga. Gracias a estos estudios se han diagnosticado problemas serios de salud como anemia, hiperproteinemia asociada a deshidratación e infecciones respiratorias provocadas por las bacterias Mycoplasma spp. y Pasteurella spp.; esto último ha mermado drásticamente las poblaciones de G. agassizii y G. polyphemus en Estados Unidos (Jacobson, 1994; Brown et al., 2001; Guthrie et al., 2013). En México, la especie emblemática de la Reserva de la Biosfera de Mapimí es la tortuga endémica y en peligro de extinción Gopherus flavomarginatus (SEMARNAT, 2010). Esta es una especie clave para el ecosistema donde habita por la importancia ecológica de sus madrigueras y por ser una especie ¿bandera¿. Dada su importancia ecológica y social, G. flavomarginatus ha sido objeto de numerosas investigaciones sobre ecología (Aguirre et al. 1984; Bury et al. 1988; Morafka, 1980; Morafka et al., 1981). Sin embargo, a la fecha no se ha realizado ninguna investigación formal para conocer los valores de hematología de esta especie y mucho menos de su flora bacteriana, por lo que realmente no se conoce el estado de salud de sus individuos en vida libre. Cabe destacar, que Villarreal-Wislar (Com. Pers.), Director de la Administración de la Reserva de la Biosfera de Mapimí, CONANP, señala que durante el monitoreo poblacional de G. flavomarginatus en septiembre del 2013 (PROMOBI), se encontraron aproximadamente 30 caparazones de tortugas juveniles/subadultas (sin huellas de depredación). Esto es evidencia de una alta mortalidad que nunca había sido observada a tal grado en la Reserva de la Biosfera de Mapimí y que vuelve necesario un estudio completo de salud de la población antes de que su número decrezca significativamente. En este contexto de urgencia e importancia ecológica, se propone generar el conocimiento básico sobre hematología y bacteriología de G. flavomarginatus en su hábitat natural (en este caso en la Reserva de la Biosfera de Mapimí), lo cual sentará las bases fisiológicas y simbióticas en las cuales se desarrolla esta especie. Además, permitirá establecer el estado de salud de sus poblaciones al monitorear ambos rubros durante tres años identificando los padecimientos o riesgos infecciosos potenciales que puedan estarla afectando. Finalmente, se diseñará un mapa de distribución de los individuos que se hayan encontrado sanos y enfermos en cada año de estudio. Todo esto contribuirá a mejorar los planes de manejo de la CONANP para asegurar la sobrevivencia de esta especie emblemática. Ante el actual escenario del cambio climático es evidente que la conservación de una especie de gran relevancia ecológica no solo debe abordarse desde el punto de vista poblacional o del buen manejo de su hábitat, sino desde la perspectiva de la salud del individuo y sus simbiosis microbiológicas.
Realizar estudios hematológicos y bacteriológicos de la tortuga Gopherus flavomarginatus para determinar y monitorear su estado de salud en la Reserva de la Biosfera de Mapimí.
Dirección de Posgrado e Investigación